La tecnología tiene una forma de avanzar rápidamente, y las industrias con visión de futuro la están aprovechando para hacer el bien tanto a sus clientes como al planeta. En los últimos años, hemos visto a empresas con mentalidad ecológica utilizar la tecnología de tres maneras principales: rastrear el uso de recursos y las emisiones, mejorar las prácticas de sostenibilidad y reducir los desechos.
Los sistemas agrícolas y las actividades de producción de alimentos del mundo requieren una gran cantidad de energía para transportar, procesar, envasar y almacenar los alimentos. Estas actividades contribuyen al cambio climático, gracias al uso de combustibles fósiles.
La población mundial está creciendo, y eso significa que la demanda de alimentos también está aumentando. Al mismo tiempo, existen nuevas preocupaciones sobre cómo producimos nuestros alimentos, es decir, cómo afecta el medio ambiente.
Se espera que la población mundial alcance los 9 000 millones en 2050, frente a los 7 600 millones actuales. Pero ese número podría ser aún mayor si más personas en los países en desarrollo pueden permitirse una dieta de estilo occidental, una que incluya más carne de la que consumimos actualmente en promedio. Según estimaciones recientes del Worldwatch Institute, si todas esas personas se convirtieran en carnívoras y comieran al menos 32 kilos de carne por persona al año (el promedio de EE. UU.), las emisiones globales totales de gases de efecto invernadero aumentarían en casi un 30 % por encima de los niveles actuales para 2050. Esa sería una mala noticia para nuestro planeta porque la producción animal representa aproximadamente el 15% de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero cada año, más que el transporte, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
Pero la tecnología también nos está ayudando a resolver estos problemas. Los equipos de aplicación de precisión pueden reducir la cantidad de agua y productos químicos necesarios para operar las granjas actuales y las tecnologías avanzadas como los robots.
La industria automotriz es el segundo sector industrial más grande en términos de consumo global de energía y emisiones de dióxido de carbono (CO2). A nivel mundial, el transporte es responsable de casi una cuarta parte de todas las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía y el 80 % de esas emisiones provienen de los automóviles de pasajeros.
Como resultado, muchas empresas están trabajando para reducir su huella de carbono y mejorar su sostenibilidad. Algunos han tenido éxito con los vehículos eléctricos, mientras que otros han tenido éxito con los vehículos híbridos. Sin embargo, cada vez más empresas recurren a la tecnología para mejorar sus esfuerzos de sostenibilidad.
Vehículos eléctricos (EV): los EV funcionan con baterías que se pueden cargar a través de varios métodos, incluidos paneles solares en hogares y negocios o en estaciones de carga públicas. Los vehículos eléctricos usan menos energía que los automóviles tradicionales a gasolina porque no necesitan un motor ni un sistema de transmisión para avanzar cuando aceleran o frenan. Esto significa que los vehículos eléctricos no queman gasolina ni diésel como los automóviles tradicionales, lo que los hace mucho más limpios para nuestro medio ambiente en comparación con los vehículos tradicionales.
Históricamente, la industria de la salud ha tardado en adoptar la sustentabilidad ambiental como una iniciativa clave, pero eso está comenzando a cambiar a medida que las empresas ven la sustentabilidad como una forma de reducir costos, eliminar desechos y mejorar los resultados de salud mediante la eliminación de productos químicos tóxicos, mejorando así la salud a largo plazo. los resultados de salud.
La tendencia hacia productos ecológicos en el sector sanitario también está impulsada por la demanda de los consumidores. Según una encuesta reciente realizada por la Coalición Nacional de Consumidores de Atención Médica (NCHC), el 75 por ciento de los consumidores dijeron que estarían dispuestos a pagar más por productos ecológicos al comprar.
Los proveedores de atención médica también están respondiendo a estas tendencias mediante la incorporación de equipos “ecológicos” en sus instalaciones. Por ejemplo, los hospitales han comenzado a utilizar materiales de construcción ecológicos como el bambú, que reduce las emisiones de carbono y el consumo de energía en comparación con los productos de madera tradicionales; instalar paneles solares o turbinas eólicas en los techos; funcionar con fuentes de energía verde como la energía solar o eólica; y reciclar o reutilizar materiales siempre que sea posible.
Es interesante ver cómo la tecnología juega un papel tan importante en cada uno de estos campos. No solo hace que un producto o sistema existente sea más eficiente, sino que crea soluciones completamente nuevas que de otro modo no serían posibles. Todavía estamos aprendiendo cómo hacer que las soluciones sostenibles sean parte no solo de nuestra economía, sino también una parte integrada de nuestros estilos de vida. Será muy interesante ver dónde estamos en cinco, diez y veinte años. ¿Espera un futuro en el que la sostenibilidad sea la norma? ¿Por qué o por qué no?